Temple pensado y erigido para cumplir los deseos de una niña. En honor a ella y a su madre es que Don Guido Buffo dedica los últimos años de su vida en la construcción de la misma.
Allí descansan los tres: madre, padre e hija en lugar de ensueños y en original cripta.
Para muchos estudiosos, la capilla de Villa Leonor o Capilla Buffo es única en su estilo.
De acuerdo a una investigación realizada por Gustavo Danielle y Carina Sinder`s, es una síntesis de su autor. Tiene la Universalización de sus estudios, ya sean artísticos, pictóricos, científicos, arquitectónicos, musicales, metafísicos, religiosos, filosóficos y astronómicos.
Su construcción comenzó en 1941. Quedó inconclusa parte de la pintura interior. Buffo se inspiró en la naturaleza para el diseño de la misma.
La arquitectura general se basa en los capullos de la flor del cardo santo, y para su acústica, en el sonido que se siente al invertir un caracol marino.
Para llegar a la puerta de ingreso hay que acceder empinados escalones de piedra. En la fachada principal se ubican las notas de la 5ta, sinfonía de Beethoven y la oración de Jesús en el huerto, según la pasión de San Mateo. La puerta de ingreso es de madera y repite la forma ojival de la cúpula.
Al ingresar, un dibujo de nubes simula una alfombra y, a pocos pasos, hay incrustaciones en el piso que representan a los planetas y estrellas en la ubicación que se encontraban la noche del fallecimiento de su hija.
Toda la cúpula está pintada con técnica de Pintura al Fresco, en una increíble interpretación de la muerte, sus hijas y el paraíso.