Este maravilloso salto de agua es uno más de los recursos turísticos naturales con que cuenta Río Ceballos. Desciende por la montaña donde la belleza del paisaje con intensa vegetación gana la atención de los espectadores.
Encontrarse en este sitio significa reencontrarse con lo natural, salir de la rutina. Esto te posibilita serenarte, tus oídos se agudizan con el variado cantar de las aves. Si el clima lo permitiese tal vez tus pies serían recompensados dejándolos reposar unos minutos en el burbujeante charco de agua…
Un paisaje sin igual. Pequeñas vertientes que corren por las rocosas montañas laterales que se encargan de mantener húmeda y viva la flora autóctona: molles, cocos, algarrobos, sauces criollos, espinillos, etc.
Esto no es todo. Visitar la cascada de los Hornillos es disfrutar no sólo por su atractivo entorno sino también por su entretenido acceso. Este recorrido se hace grandioso cuando uno presta atención a su alrededor y contempla plenamente una y otra vez el río que nos obliga a atravesarlo hasta siete veces durante la caminata.
El río es sincero, no es más ni menos que la belleza natural que a sus orillas muestra. Sus aguas, brillantes como un cristal; y cada piedra, un misterio que sólo algunos comprenden. No sólo la vista y el oído aquí se recrean. El olfato recobra su poder ya que el aroma vegetal y animal es aquí embriagante.
Aroma particular, tradicionalmente serrano que ninguna urbe podría jamás adquirir; un aroma que quienes lo producen no imaginan qué tan importante es para el paisaje.
Vení a vivir una de tus más relajantes aventuras a esta cascada, la entrada es: libre, gratuita y reconfortante. No dejes que sólo tu imaginación realice el equilibrio físico y mental que necesitas; permite que la naturaleza lo haga. Tu ser te lo agradecerá, vale la pena el esfuerzo.